Evocación del
Poeta Uruguayense Daniel Elías y otros escritores entrerrianos...
Según las
palabras del Profesor Roberto Ángel Parodi, ilustre compueblano, amigo de mi familia y buen vecino, compañero de mi padre, “el Ruano”,
proverbial Bibliotecario del Colegio Nacional del Uruguay.
Estos escritos elaborados como el género de poesía gauchesca, - tal como el
Santos Vega de Ascasubi y luego el Martín Fierro de Hernández -, así como antes las descripciones valientes y amorosas de Pancho y La Delfina.
Todas ellas contituyen inspiraciones épicas, basadas en la realidad, narrativas de las luchas diversas y cambiantes en nuestros pagos. Y, precisamente, no faltan en el relato tres componentes fundamentales, a saber, las proezas guerreras, los amores y el bellísimo paisaje entrerriano.
Todas ellas contituyen inspiraciones épicas, basadas en la realidad, narrativas de las luchas diversas y cambiantes en nuestros pagos. Y, precisamente, no faltan en el relato tres componentes fundamentales, a saber, las proezas guerreras, los amores y el bellísimo paisaje entrerriano.
Pero todas
libradas en un sendero de gesta federal y un coraje común, una misma causa que condujeron, - diferencias
y peripecias desmembradoras mediante, y no antes de inmensos sacrificios -, a la
convicción final que nos brindó la ofrenda patriótica de nuestra Organización
como Nación Argentina.
Escribe en Décimas una forma proclive a caer en la afectación y el
énfasis de un tono declamatorio y ampuloso... (Atención a la Politiquería
engañosa)
Sin
embargo, nada de esto ocurre en los versos de nuestro poeta, quien adopta un
tono moderado, conciso en la expresión de los afectos, parco en utilizar el
adjetivo desmedido; pero sí inspirado y vibrante, cuando al plasmar la estampa
viril de Artigas, recuerda todo cuanto nos une a la hermana Provincia de la Banda Oriental.
“El
Montonero está ligado a buena parte de nuestro pasado con epicentro en Concepción del Uruguay; es la evocación del anónimo guerrero que por causas no siempre
de indiscutible justicia, se batió con bizarría y con denuedo.
La lanza
fue, prácticamente su única arma y el pecho fue su único escudo, pero poseía un
aliado invalorable: El caballo.
Reunida
bajo la tutela del caudillo, la montonera era temida por el ímpetu tantas veces
incontenible de su embestida que deshacía la formaciones enemigas y arrastraba
los cañones en los lazos de sus jinetes.
El autor en su infancia debió conocer
algunos de aquellos veteranos de Urquiza o de López Jordán, cuya figura pudo
tener presente cuando describe un montonero...
...en el frenesí de la carga, con la
proverbial melena negra y lacia sujeta (*) a su frente por una vincha rota y
descolorida, la lanza en actitud de combate y tintineando en las botas las
nazarenas estridentes.
El Profesor
Parodi, también hace referencia a un escritor Villaguayense, Manrique Balboa,
autor de “Montielero”, quién sitúa la acción de su novela en la segunda mitad
del siglo XIX.
Nos trae la
visión de la montonera a través de los ojos de un niño y en una de las tantas
asonadas de aquel entonces:
“…Días
después se anunció que iban a entrar al pueblo por la calle ancha los lanceros
del coronel Polonio, para seguir hasta el departamento de Victoria, en busca de
su jefe.
Me fui en
busca de un amigo para ver pasar juntos, los montoneros…Un tropel lejano nos
hizo comprender que venían del paso de La Laguna.
Unos quinientos hombres de caballería, de
a cuatro en fondo, aparecieron a nuestra vista.
Los jefes
tenían botas de becerro y los demás de potro y espuelas nazarenas. También chiripá,
cinto ancho y poncho.
La mayoría
con vinchas coloradas y melenas, dejando ver una golilla punzó flotando las
puntas por encima de los hombros.
Pocos chapiaos
se veían en el conjunto de los aperos. La mayoría llevaba la pavita de cebar
mate colgada debajo de la cincha.
Todos
tenían boleadoras atadas a un costado de la cintura y guachas forradas de cuero
de iguana o cola de vaca.
Iban
armados de lanzas, y muchos con cañas tacuaras y media hoja de tijeras de
esquilar atadas con tiento a la punta.
Al costado
izquierdo de algunos jinetes se veían los trabucos naranjeros con la boca en
forma de campana.
Por un
extremo de la cabezada del recado asomaba el cabo de guampa de la daga o el
facón caronero.
Todos
aquellos gauchos barbudos, de ojos brillantes y lenguas melenas se me antojaban
gigantes musculosos, de espaldas anchas, enormes, y puños de hierro.
No creía
que aquellos hombres tan fuertes pudieran ser vencidos en un combate por otros
que no fueran de la misma raza.”…
Y así lo canta Daniel Elías:
Ya se aleja por la senda
de la muerte y del olvido,
el personaje
atrevido
de la
gloriosa contienda.
El de la embestida
tremenda
y de
brazo fuerte y rudo,
que en el combate
sañudo
oponía
al encontrón,
el bronce del
corazón
como
el metal de su escudo.
///…continúa.
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Entre Ríos en 1864. Presidencia de Mitre y el Gobierno Entrerriano.
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Entre Ríos en 1864. Presidencia de Mitre y el Gobierno Entrerriano.
# Entre Ríos y Buenos Aires
mantienen una relación cuyo carácter puede desprenderse del análisis de algunas
cartas que intercambiaron los dos hombres que mayor gravitación tenían dentro
de ellas y en el ámbito nacional: Urquiza y Mitre…
(Y destaco ese
orden de mención, puesto que el prestigio de Justo José superaba las fronteras
de los federalismos provincianos y era
reconocido en los países más adelantados de ese tiempo; además, su ingenio y fortaleza
militar era indubitable, solo superada por su férrea decisión y voluntad de
respaldar la Organización Nacional de su propio cuño, y la paz que definitivamente
trajera el progreso y tranquilidad al pueblo y elevara la provincia de Entre Ríos entre las
más progresistas, ala par de las mejores implicancias civilizantes)…
El General
Entrerriano remitirá a Mitre una carta fechada en “San José” el 7 de febrero de
1864, donde le ofrece su cooperación ante cualquier eventualidad que pudiera
sufrir el gobierno nacional:
“…no sé hasta qué punto la oposición que se levanta en Buenos Aires bajo
la denominación de Cóndor, contra la autoridad y las instituciones nacionales, puedan
valer contra ellas, ahora o en lo futuro...
Pero debo
anticiparme a ofrecer a Ud. todo cuanto pueda como amigo y como gobernante. V.E. sabe que esta
Provincia se pone en armas fácilmente y lo hará con decisión a mi voz, si en
ello se interesa la causa de la nacionalidad que tiene a V.E. a su frente...
Por supuesto que es
mi convicción que V.E. de cuya parte está la Nación no necesitará de grandes
esfuerzos para dominar las posiciones de hombres inspirados por ideas pequeñas
y de círculo, pero es un deber ofrecerme con la serenidad y decisión que V.E.
me conoce...
La Provincia es
poderosa y no crea V.E. que lleva algo consigo la charla de los que aquí se
muestran ansiosos de que la paz se turbe y simpáticos a las ideas de los Cóndor
de allí,; llegado el caso todo
lo que vale obedecería a su voz”…
En otra carta se lee:
“Durante mucho tiempo he creído
que debía oponer el silencio a las diatribas con que la prensa inspirada en
malas pasiones se inspiraba en demostrarme y presentarme como un conspirador
perpetuo contra la estabilidad de sus instituciones y la prolongación de la paz
felizmente establecida…
Pero la prensa
invocaba esta vez datos hasta cierto punto oficiales del interior y ha tomado
parte en los ataques, un periódico que yo respetaba y que es reputado
generalmente como un órgano del gobierno nacional… (¡¿?!)
Al dar este paso
volviendo por mi propio crédito y haciendo honor a la verdad, creo llenar así
mismo un deber hacia V.E. que me ha hecho constantemente justicia, recomendándome
como un colaborador eficaz del nuevo orden que impera en la República, decidido
a no omitir esfuerzo alguno para radicar la paz, afianzar la concordia y ayudar
a V.E. en la elevada política que ha adoptado”…
Sin ambages, despréndese de lo expuesto
una realidad que no puede desconocerse:
el apoyo ofrecido
por Urquiza a Mitre y la tácita aceptación por parte de éste, *…es leal a las
ofertas…yo soy y seré su amigo…*, lo demuestran palmariamente...
¿Cómo podía Mitre
hablar de lealtad en su virtual enemigo si no lo hubiera probado en hechos
concretos?...
En la guerra se
hace más difícil encomiar las virtudes del contendor, y la situación entre las
Provincias tenía mucho de beligerante todavía, y en los hombres que tratamos,
las palabras que se escriben tienen significado incontrovertible, porque ya era
adelanto documental…#
Casualidad denominativa o no, se
insinuaba ya un Plan Cóndor en la naciente Nación Argentina y los actores de
entonces, los bien intencionados y los que a la postre resultarían oportunistas,
resultarían igualmente traicionados por acontecimientos que superaron sus
intenciones, y más tarde o temprano desembocarían en la consecuente degradación
nacional y la prevalencia supina de los intereses foráneos…
Los verdaderos
*bárbaros* extranjeros que atentaban contra la creciente *civilización*
autóctona…
Y se repiten los
personajes actuando al unísono a un mal común...
Los ansiosos de poder político y
los de ínfulas intelectualoides, propiciando mala prensa e inficionando así, psico socialmente, a la comunidad para confundir y sonsacar luego su
provecho material espúreo…
///...(continúa)
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(s.e.u o.o
m.i.): Edición y reproducción asistida de CiC – CrU, OFe / gpPP.
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