viernes, 29 de marzo de 2013

Política Entrerriana II: ¿¡Una nueva Presidencia Confederada.?!




La carrera de Sergio Urribarri comenzó en el año 87, cuando fue electo intendente de General Campos, pueblo del departamento Concordia (hoy San Salvador, por voluntad del ex diputado Berthet). Y ya en el ´91 estuvo en las puertas de integrar junto a Mario Moine una de las fórmulas del PJ.

Por entonces, Sergio Urribarri, era el candidato más firme para acompañar a Mario Moine, y estaba todo dado para que fuera su vice, con la conformidad de este último que veía un cierre perfecto del eje Paraná-Concordia, ya que consideraba que más allá de que Urribarri integraba las filas del bustismo, tenía una personalidad lo suficientemente independiente, algo que el intendente capitalino buscaba.

Moine necesitaba el apoyo de Busti, que era por entonces gobernador de la provincia, pero no confiaba en él, porque tenía terror de que le manejara los hilos desde atrás en el caso de llegar a la gobernación.

Jorge Busti en ese momento impulsaba la candidatura del prestigioso médico diamantino Domingo Liotta para impedir que Augusto Alasino (uno de los 12 apóstoles de Menem) llegara a la gobernación, ya que el Choclo se había lanzado abiertamente como candidato en la interna del PJ.

La apuesta de Busti no tuvo la suerte esperada, ya que el médico diamantino no prendía en la gente y, al no ser posible su propia reelección, se quedaba sin candidato para cerrarle el paso al Choclo Alasino.

La única salida era Moine, aunque en privado lo putizaba y desputizaba. Es más, según cuentan,cuando hablaba con su amigo “Gallito”, director de Comercio de la provincia, de vez en cuando lo mandaba a clausurarle algún supermercado de propiedad del intendente de Paraná, aunque no era el único putizado, también lo era Luis Leissa, que vaya paradoja hoy es su socio político.

El apoyo a Moine y la bajada de Liotta fueron condicionadas a que Hernán Orduna fuera el compañero de fórmula, desplazando a Urribarri, que era en ese momento el preferido de Moine y de varios nuevos dirigentes que venían asomando en el PJ provincial.

El actual gobernador debió conformarse con ir en la lista como diputado provincial por el departamento Concordia. Indudablemente esta bajada de pulgar y ninguneada golpeó a Urribarri, aunque fue el único leal en la legislatura que le quedó a Busti en el período 91-95.

Esta operación política de poner a Orduna en la fórmula, fue llevada adelante por el hoy fallecido Juan Carlos Stratta, quien fuera intendente de Victoria y legislador provincial, y padre de la actual diputada provincial Maria Laura Stratta, y Alberto “Beto” De Torres, por entonces secretario de la Cámara de Diputados, quien integraba junto a Blanca Osuna, Carlos Molina, Aníbal Vergara, Mónica Alfaro y “Pajarito” Gómez, entre otros, el conocido “Grupo Liberación”.

Ese grupo era en ese momento el más influyente de Jorge Busti, y ya le había sacado varios cuerpos de ventaja en las preferencias de Busti a la mesa de trabajo del Conde Ramos, Zacarias y Halle, entre otros, que venía en caída libre.

En esa oportunidad, el lugar de la operación enlace para que la fórmula fuera Moine-Orduna fue el conocido y hoy desaparecido bar “La Victoria”, ubicado en calle 25 de Mayo, frente a la plaza de 1º de Mayo de la ciudad capital.

El 17 de diciembre de 2003, siete días después de la asunción de Jorge Busti, el presidente del bloque de senadores, Hugo Berthet, y Eduardo Marín, referente y coordinador de la Cámara de Diputados de la provincia y otra persona, se reunieron en un departamento de calle Mitre, señalando que la figura de Urribarri era la que reunía mayor consenso para suceder a Busti en el 2007, porque consideraban que era imposible la reforma de la constitución que posibilitara la reelección de este último.

Urribarri, como ministro político, estuvo al frente de la intentona de lograr el acuerdo para reformar la Constitución, ya que necesitaban el apoyo del partido opositor, pero para esto había que convencer a quien tenía la llave: Sergio Montiel.

Para lograr el arduo y complicado cometido, el hoy gobernador mandó de emisario a Juan Domingo Zacarías para que se reuniera con Montiel junto a una persona que ofició de intermediario por contar con la confianza tanto de Urribarri como del caudillo radical.

Así sentados bajo un nogal, un martes por la tarde, en la quinta de Montiel ubicada en La Picada, camino a María Grande, el emisario del Pato le acercó al radical el compromiso de Busti de terminar de una vez y para siempre con las animosidades, persecuciones y criticas mediáticas en su contra.

En definitiva, le ofrecieron un manto de convivencia institucional entre los caudillos, a cambio de que Montel apoyara la reforma constitucional.

Ante tal solicitud, entre mate y mate amargo cebado por el mismo Montiel, éste respondió: “mire joven (refiriéndose a Zacarías, en ese entonces diputado provincial), estos temas y otros tan importantes los tengo que hablar directamente con Busti”. Agradeció sus oficios y finalizó con un “dígale al Gobernador Busti que me llame”.

La respuesta de Busti fue que jamás se iba a sentar ni llamar a Montiel, ya que temía que el caudillo lo hiciera público, dejándolo muy mal parado, como si hubiera asumido una actitud genuflexa.

Este fue un miedo que Busti nunca pudo vencer, ya que consideraba que no se podía poner él mismo en la posición inferior de tener que pedirle favores a Montiel, y se truncó así, al no darse la charla, cualquier posibilidad de reformar la Constitución.

Algunas versiones extraídas del propio bustismo sostienen que un sector de éste responsabilizó directamente a Urribarri por la no salida de la reforma constitucional. Sin embargo, lo que la frenó fue el miedo que a Busti le provocaba pedirle un favor a su histórico rival. Busti consideraba que eso lo habría puesto en una posición de inferioridad, después de tantas peleas y dichos del gobernador para con el ex gobernador, y lo haría quedar muy mal parado ante la sociedad.

Transcurrió el tiempo y en el 2007 nuevamente sonó el nombre de Urribarri para la formula gubernamental. En esta oportunidad la candidatura salió de una reunión celebrada también en un departamento de calle Mitre, pero esta vez en un 8° piso, en donde estaban presentes Busti, Urribarri, Zacarías y un conocido empresario.

Sin embargo, en esta oportunidad también había un obstáculo, ya de los que habían impulsado la candidatura de Urribarri en el 2003, Eduardo Marin siguio junto a Busti en el fef y Hugo Berthet vio que su propia figura había crecido significativamente en cuanto a poder y presupuesto que ahora manejaba.

Envalentonado, el senador por San Salvador presionaba para que la candidata fuera Cristina Cremer, y él fuera su compañero de fórmula, o al revés. Berthet se lo planteó a quien dirigía los hilos del PJ entrerriano, pero Busti, en una reunión en su oficina, tuvo una respuesta negativa.

Este hecho hizo que el legislador pegara el portazo y se cortara solo, conformando el entonces famoso “Grupo Talleres”, al cual, lo siguieron muchos intendentes, senadores, y diputados, como Cresto, Jodor, Marso, Nogueira, Sánchez, Fleitas, Herdt, Orlandi, Márquez, Adami, Besco, y Jakimchuk, entre otros.

En aquella reunión, Busti le comentó a Berthet que su mujer no podía ser candidata porque sus hijos no querían que la expusiera a las peripecias de la política y el que reunía el mayor consenso era Sergio Urribarri y consideraba que esta vez sí era su hora de acceder a la gobernación.

Algo muy parecido y que truncó una nueva alianza, pasó con Juan Carlos Cresto, cuando Busti lo llamó para pedirle que acompañara al Pato en la fórmula, pero éste le respondió que no podía enfrentar a su hijo en una elección.

Sin embargo, en la campaña del 2007, Busti acompañó abiertamente a José Carlos Halle para que fuera intendente de Paraná, y relegó a Urribarri, que tuvo que caminar solo.

Berthet en ese momento, debido a su consolidación política, convencido de que reunía las condiciones de armar, pelear y ganarla por fuera, finalmente dejó en manos del entonces intendente de Paraná Julio Solanas y el legislador Enrique Cresto la candidatura a la gobernación, uniendo Paraná y Concordia en la fórmula por la “Alianza Frente para la Victoria y la Justicia Social”.

Solanas que ya en el ´95 ya había sido tentado, también por el grupo de Alasino, que integraba Berthet, para pelearle a Busti la interna, pero en esa oportunidad Solanas declinó su aspiración y acordó ser candidato a senador provincial y apoyar en las internas a Moine para intendente y a Jaime Martinez Garbino para gobernador.

En esto fue clave Daniel Welschen, en ese momento candidato a diputado provincial, que se había constituido en el hombre más escuchado por Julio, que, vaya paradoja de la vida, luego fue uno de los hombres más leales a Busti.

Así Solanas, se bajó de la fórmula y accedió a la candidatura a senador, perdiendo en las urnas frente al ya desaparecido Héctor Mario Seri, referente del radicalismo, partido que era muy fuerte en el departamento Paraná en ese momento.

En el 2007, la Lista 100 quedó tercera, por debajo del radicalismo, con casi el 19% de los votos, y se constituyó ganadora la fórmula que llevó a Urribarri a acceder finalmente a la gobernación, manejando a partir de ese momento él los destinos de la Provincia.

En su primera gobernación, Urribarri fue enfrentado abiertamente por Jorge Busti, presidente de la Cámara de Diputados, que apoyaba al sector opositor al gobierno cuando el país se vio dividido por la Resolución 125.

Pero en esa etapa hubo un momento clave, en el que los elegidos fueron tocados por la varita: la reforma de la Constitución provincial, propuesta por Busti, que incluyó la reelección.

Con esta movida, Busti ninguneó y sobró a Urribarri, que luego se vio favorecido con esa modificación y lo aplastó electoralmente en el 2011, sacando de la cancha al hasta entonces considerado por muchos líder indiscutido del peronismo entrerriano.

Hoy, Urribarri ha desistido públicamente de buscar modificar la Constitución provincial para ir por la re-reelección, a pesar de contar con la amplia mayoría en las dos Cámaras. De este modo, el gobernador apuesta tácitamente al premio mayor: la presidencia de la Nación.

En los últimos días, Urribarri congregó a los referentes y funcionarios más importantes del kirchnerismo del país en Paraná, un hecho que terminó por instalarlo en el contexto nacional como uno de los más firmes candidatos a suceder a Cristina Fernández, por encima de nombres como el de Scioli, Capitanich y Pérez.

Urribarri, ha demostrado ser dueño de un pragmatismo, tener un gran olfato y ser conocedor de las debilidades ajenas, condiciones que le han permitido quebrar y sumar a todo aquel que se le cruzara en el camino.

Como se ve en los hechos y en la historia, Urribarri fue tocado por la varita y es protagonista de una carrera política meteórica, que lo catapultó desde la intendencia de un pueblo de poco más de 1500 habitantes a la gobernación de la provincia. Hoy en día no sorprendería a nadie si se quedara con el premio mayor.

Ricardo David - EPdRD, Paraná, 29-03-13
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(s.e.u o.o m.i.): Reproducción y edición asistida de CiC - CrU, Ofe. / gpPP.

lunes, 25 de marzo de 2013

Política Entrerriana: Punto de Inflexión, ¿Asciende o Desciende?



Mientras, en marcha la Democracia, la Diversidad, las historias Partidistas, la Condición Humana...Y la tremenda estupidez de la Recurrencia...

Libres opiniones mediáticas desde Concepción del Uruguay, ER, Argentina.

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"La verdad objetiva es la suma de intersubjetividades"

Del Conservadurismo en el Peronismo uruguayense a los esperanzadores aires de cambio en el Vaticano.

EJI, Publicado 25 marzo, 2013 | Por Administrador

La audaz, inteligente y esperanzadora decisión de los representantes de la Iglesia Católica mundial de elegir a un nuevo Papa, que tendrá la responsabilidad de dirigir sus designios en un marco de humildad, de franca lucha contra la corrupción y la pobreza, señalando que ésta última es inmoral, injusta e ilegítima, dando así paso a un avance tangible hacia un progresismo revitalizador;
En Concepción del Uruguay, un grupo de asesores políticos de José Lauritto querrían copiar los movimientos del Papa Francisco para remozar y relanzar al peronismo de La Histórica, en tanto, Carlos Scelzi, contra reloj, avanzaría en la creación de un Puerto Madero en La Histórica a espaldas de la comunidad.

Si observamos con aire más terrenal y se compara el cambio que presupuso la salida de la conducción de la Iglesia de los sectores más conservadores para dar paso a un verdadero progresismo dado que la palabras de Francisco se traducirán en hechos concretos, principalmente en lo referente a la corrupción política, en la condena al aumento de la pobreza y en la exigencia a los gobiernos para que den una respuesta ética, cultural y solidaria para poder materializar la inclusión social de todos los desposeídos del mundo.

Si analizamos comunicacionalmente al nuevo conductor de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, podremos concluir que la base de su política es la coherencia comunicacional, es decir, hacer efectivamente lo que se pregona con la palabra.
Ahora, recalando en otra Institución social – la Política – y, puntualizando, en lo regional, podemos trazar una comparación papal– pese a lo odioso de la misma -; es que tendríamos en José Eduardo Lauritto a un símil del Papa conservador y alejado de la necesidad de los más necesitados, signado por la derrota – pese a haber formado parte del arrasador 54% de los votos que obtuvo junto a Marcelo Bisogni, Carlos Schepens y Carlos Scelzi -, con el agravante de tener su imagen devaluada, es que bien podríamos apodarlo el “Ratzinger uruguayense”; quien, además ha basado su accionar político en la incoherencia comunicacional, lo que implica hacer diametralmente lo contrario.

El otrora semi dios de la política provincial, que contara con importantes partidas de fondos nacionales y provinciales para llevar adelante obras faraónicas como el Puente a la Isla, que a través de la expropiación de los terrenos practicados a los isleños, con el argumento de una supuesta utilidad pública, el estado pagó a precio vil tierras que podrían esconder un negocio inmobiliario cuantioso, con el agravante de contar con las pretensiones de la constructora del poder de cobrar peaje a quienes accedan a pasear por la costanera a construirse con fondos de toda la comunidad;

La contracara de los mega negociados políticos es el olvido del resto de la comunidad, como ejemplo citamos a los vecinos de la Cantera 25, que deberán seguir soportando los azotes del río Uruguay dado que la construcción de la Defensa Norte solo es una promesa de campaña para el 2013:
ésta situación connota una cuestión de fondo y es la postergación de las necesidades del vecino común frente a la ampulosidad que implica gobernar para la tribuna, con base en el negociado político espúreo.

Postergación, olvido y los cardenales de la derrota

Trazar un paralelismo entre la política uruguayense y la esperanzadora designación del Papa Francisco, quizás el nuevo protector de los necesitados del mundo, requiere señalar a los “cardenales” oficiales de la política uruguayense que le plantean a José Lauritto que lo podrían convertir en el ¿nuevo? Francisco de la política provincial – así lo manifiestan en privado, de ahí nuestra columna -.

Quizás, todo encerraría una emboscada para mantenerlo navegando en las turbias aguas de la desesperanza que le toca navegar al lauritismo actualmente, que ha debido cargar sobre sus espaldas al intendente de Concepción del Uruguay, Carlos Schepens – su compañero en la lista sábana que llegaran al poder en el último turno electoral de la mano del gobernador Urribarri-; 

Todo ello, con la firma de un pretendido “cardenal mayor” – ahora devaluado y transitando los últimos tramos de la carrera en el poder – dado que la coyuntura lo ha ubicado en un proceso negociador con los históricos oponentes del gobierno nacional y popular del cual han sido aliados incondicionales – hasta ahora-.

La desilusión de la gente que los votó conlleva las expectativas defraudadas de un pueblo que puso sus esperanzas en un gobierno presuntamente revolucionario que encarnaban Scelzi, Urribarri, Lauritto, Bisogni, Schepens y Cettour;

Así se puede verificar en los hechos: El bleff de la línea molinera de Calimboy y del Molino de Concepción del Uruguay, en éste último caso, hay 40 familias que aún esperan respuestas del scelzismo encarnado en Marcelo Bisogni y solo han recibido engaños dilatorios – entre ellos, la presunta intransigencia de su propietario Covelia, la formación de una cooperativa para explotar el Molino y hasta una expropiación cuyo proyecto de ley se desconoce y bien podría ser sancionado si hubiera verdadera intención política de expropiar- ;

Mientras tanto la familia gobernante le abriría el juego al nuevo bendecido, Juan Scelzi, que lideraría emprendimientos inmobiliarios en La Histórica al margen de la normativa legal vigente; así, la corporación política uruguayense pugnaría por cerrar acuerdos contra reloj ¿ habrán devenido en unos Borgia de cabotaje?

El nuevo elegido del borgia-scelzismo pondría todos sus esfuerzos en la construcción de un hotel 5 estrellas en la ex Barraca Americana, y la pregunta obvia es ¿ se habrá olvidado Carlos José Scelzi cuando en los 70 aquella juventud maravillosa que supo integrar él mismo, Luis Enrique Bermúdez, Gogo Nery, Orlando Sastre, Luis Puchulu, Hernán Orduna y Jorge Busti, entre otros – pretendían instalar el Hospital de Niños en el Sheraton Hotel?

Como se ve, el Molino uruguayense y sus empleados, en la dulce espera, podrían afear la imagen de un hotel 5 estrellas o cualquier otro emprendimiento inmobiliario de alto nivel – al respecto es necesario consignar que Scelzi ya contaría con los inversores para llevar adelante el mega negociado-, a menos que el objetivo sea desalentar a los trabajadores molineros a armar una cooperativa para explotar comercialmente y convertir todo en un mega negocio al mejor estilo Puerto Madero, como se ve, la prioridad serían los negocios portuarios basados en la renta y no en la producción – una extraña forma de sentirse y presentarse como progresistas-.

Así, los trabajadores molineros han quedado postergados y solo han recibido promesas del gobernador Urribarri y del renunciado ministro de la Producción Roberto Schunk – uno de los actores políticos con responsabilidad para controlar los millonarios aportes del estado provincial para la presunta fábrica de cosechadoras entrerrianas “Grandes Máquinas” -;

Mientras tanto, Marcelo Bisogni solo realizaría maniobras distractivas y reuniones para la tribuna con un solo resultado: ninguna respuesta a la reactivación industrial demandada para desgastar y así podrían convertir al Molino en otro negocio inmobiliario.

Por su parte, el intendente uruguayense – que nunca quiso ser – Carlos Schepens, llegó al electorado manifestando que era un pretendido empresario arrocero – cuando en realidad era un empleado de la ¿vaciada? Arrocera Sarmiento –, ahora devenido en un chirolita que respondería a los intereses corporativos de un grupo de empresarios oportunistas que utilizan a la política solo para su beneficio personal, muchas veces en perjuicio político de los más necesitados y de la comunidad en general.

¿ Lauritto se animará a emanciparse?

Si bien Carlos Scelzi se encuentra en pleno juego de poder basado en la especulación y con mejor información que el resto de los actores políticos, estaría en la seguridad de que José Laurito nunca se correrá de la línea política que le marca él mismo junto a Jorge Busti, cuyas órdenes y acuerdos lo han sumergido en un espiral descendente de su imagen política.

La desilusión en las bases del peronismo uruguayense habría ya tomado el tinte de traición, especialmente por las promesas incumplidas durante la última campaña y por los premios recibidos solo por el entorno de los políticos – los monaguillos rentados de éstos cardenales y obispos mercenarios -, además, es necesario consignar que los negocios solo favorecen a los empresarios del poder y poco y nada se ha hecho para apuntalar a las pymes a través de la obra pública, hoy cartelizada en empresas que son propiedad de la misma corporación política que distribuye las fichas como en una mesa de casino.

Cuando lo eligieron al cardenal Ratzinger, los fieles de todo el mundo centraron sus expectativas en el sucesor de Juan Pablo II y muy pronto pudieron observar que el conservadurismo más duro se había adueñado de las estructuras diocesanas, a espaldas de los excluídos y de las minorías, algo similar ocurrió con Urribarri y su ex compañero en la gobernación, Lauritto;

La inseguridad, el narcotráfico – Prevención de las Adicciones depende en Entre Ríos, justamente de la cartera de Educación que dirige el otrora vicegobernador- y la cultura del juego son el flagelo que castiga diariamente a toda la región, especialmente a los más pobres que ante la falta de oportunidades caen en la trampa de pretender salvarse en el casino.

Los vientos de cambio y la necesaria oxigenación política y de las estructuras partidarias deberían formar parte de la agenda política, ya sea con el trasvasamiento generacional peronista, que devuelva el espacio y el empuje perdido a manos de los actuales conservadores – otrora revolucionarios -

La asunción del Papa Francisco podría determinar a los políticos uruguayenses a iniciarse en un proceso de autocrítica, para desde la humildad y totalmente alejados de la soberbia, construir un proyecto político que dé inicio al recambio y al ingreso de nuevas figuras que traigan aires renovados y verdadero progresismo.

El desgaste político de José Eduardo Lauritto es significativo y claramente perceptible, aún cuando los medios adictos y bien pagos hagan lo imposible por posicionarlo en el interés colectivo; con Marcelo Bisogni candidateado por Carlos Schepens para gobernador en el 2015, mientras Carlos José Scelzi intenta negociar en la ciudad de Buenos Aires por un espacio de poder de la mano de los opositores de Cristina Fernández de Kirchner, quizás la salvación para la “sangre de mi sangre” aunque deba entregar a todos los integrantes del scelzismo – una facción cuasi innombrable, ligada en el inconsciente colectivo a lo peor de la política -

Pecadores sí, corruptos no.

Siguiendo con una dura inquisitoria redactada por Jorge Bergoglio contra la corrupción institucional y política, titulada “PECADORES SÍ. CORRUPTOS NO”, deberíamos explicarle a los lectores el modus operandi de la corporación política entrerriana, la lógica de poner los huevos en varias canastas: Scelzi negocia y cierra con el sciolismo, Busti acuerda con De La Sota y busca polarizar al peronismo opositor – el macrismo ya entendió las artimañas bustistas y encontró en el ruralista De Ángeli un candidato propio – y Urribarri jura lealtad a Cristina Fernández de Kirchner;

Como se ve un juego de suma cero, un gran montaje, dado que independientemente del sector del peronismo que triunfe en las elecciones 2015, la corporación provincial - la cooperativa fundada en 1987 - gana, porque es necesario decirlo, los lazos entre ellos ya no son ideológicos sino que imperan otras cuestiones ligadas al poder.


La corrupción toma diferentes formas, ya sea el negocio con fondos públicos, el latrocinio, el tráfico de drogas, la trata de personas y el juego, sería la forma en que se ingresa a una red de la nunca se sale, de ahí que emanciparse no es cosa fácil para nadie, difícil sí, pero no imposible.

Como se ve a los corruptos no los une la ideología – aquel sueño de luchar por los que menos tienen, a favor de los desprotegidos – se ha convertido en una quimera. 

Será como dicen los viejos peronistas de pura cepa – los del ni yanquis ni marxistas: Peronistas – cuando recuerdan, con gran dolor por la generación perdida en los ´70, proceso iniciado en una fecha trágica en la Historia Argentina, el 24 de marzo del 76, “los que dieron su vida por sus convicciones eran los mejores pero los jefes que sobrevivieron a semejantes errores – enfrentar a Perón con las armas en pleno proceso democrático, por ejemplo,- no tienen derecho a que nadie los respete”.

Así la cosa, la vida política requiere de la esperanza como verdadero leit motive, así como la Iglesia Católica se vio alegrada con la llegada de un Papa que convoca a una voluntad común: la del amor por los necesitados, aquellos que están fuera del sistema, el desapego por los bienes terrenales;

Ahora bien, la política entrerriana y puntualmente la de Concepción del Uruguay, espera por el Francisco que reemplace a los Benedicto XVI, y traiga un aire de cambio que a partir de la fe y la esperanza pueda llegar a todos, con un único objetivo: el Bien Común.


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Nota CiC -CrU; OFe. / gpPP:

Estas expresiones aquí reproducidas constituyen una denuncia gravísima y por tanto amerita que sea investigada fehacientemente, en tanto que los actores políticos en ella mencionados, deben brindar las inexcusables aclaraciones que correspondan.

Por caso, y ésto le cabe también al responsable de la publicación de referencia, la feligresía ciudadana esperanzada y honesta, el Pueblo, quiere saber de que se trata la "Cooperativa", reiteradamente mencionada.

Al respecto, los involucrados que ostentan cargos en el Estado, o político - partidarios, deben allanarse a el discernimiento Popular, excibiendo sus respectivos Estados Patrimoniales, en una declaración de bienes hecha pública, tal como lo indicó claramente la misma Presidenta Cristina, y lo demanda el Papa Argentino.

Y, si correspondiera, por resultar aseveraciones temerarias sin fundamento cierto, penalizar a los responsables por los agravios efectuados a quiénes afecte, y por crear a la vez tanto como el hecho corrupto, si así fuere, incertidumbre y zozobra psicosocial inficionando nuestro Pueblo. 

Además, el Tema en cuestión, adquiere una relevancia que Trasciende nuestra Provincia, tal que, en cualquier alternativa, está claro que nuestro Gobernador ha adquirido posiciones relevantes en el plano nacional.

Y en esta nueva revolución democrática, económica y cultural, como otrora nuestros próceres, el valeroso pueblo entrerriano, - tantas veces por ello mismo postergado por el Colonialismo Metropolitano en desmedro del País Federal -, deberá acompañar sin dubitaciones y con renovada grandeza.

(s.e.u o.o m.i.) : Nota, comentario, y reproducción - edición asistida de CiC / gpPP.
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Urribarri-Zannini, el Plan B de Cristina

EddU, Domingo, 24 de Marzo de 2013 22:53 |

Sergio Urribarri-Carlos Zannini es por lo menos hoy la fórmula presidencial ideal para el 2015, coinciden Cristinistas puros y de los otros.
Lo verbalizan porque entienden que las posibilidades de re-reelección presidencial se ahogan en una realidad complicada económicamente.

Por Ana Gerschenson

El elegido por la presidenta Cristina Kirchner, señalan, es el entrerriano Sergio "Pato" Urribarri, un gobernador que además de haber cultivado una relación de confianza con la jefa de Estado, no ahorra gestos políticos de incondicionalidad absoluta para asegurarse un espacio de privilegio. Como la reunión que organizó este mes en Paraná a la que invitó a todos los gobernadores justicialistas, con excepción de Daniel Scioli, a quien excluyó por "tener un proyecto propio y cambiar sus tácticas de acuerdo a sus necesidades".

En realidad, para la Presidente, el heredero ideal es Carlos Zannini, formalmente secretario Legal y Técnico y en los hechos el consejero íntimo y político de los Kirchner desde mediados de los '80. Pero el bajísimo perfil que construyó cuidadosamente le juega hoy en contra de una candidatura y, mucho menos, para la Casa Rosada.

Ni la Presidenta cree que pueda instalar su figura y, además, para la mecánica histórica del peronismo siempre es más natural aglutinarse detrás de la postulación de un jefe provincial.
Es allí donde el nombre Urribarri surge como el más confiable para Cristina. Un Nicolás Maduro del kirchnerismo custodiado por Zannini hoy, después de la Presidenta, el dirigente más importante del Gobierno.

Le dicen Pato por su forma de caminar. Hijo de una directora de escuela rural y de un empleado ferroviario, Urribarri nació en Arroyo Barú, creció en General Campos, a 45 kilómetros de la ciudad de Concordia, donde luego se instaló para estudiar contaduría.

Marcador de punta, el gobernador quería ser jugador de fútbol de primera división y lo intentó sin éxito desde el club Juventud Unida, institución de la que también fue dirigente, aunque para él son tiempos de sufrimiento porque su equipo es Independiente de Avellaneda. Finalmente, abandonó sus estudios contables en Concordia y eligió dedicarse de lleno a la política.

No le fue nada mal. Se afilió al justicialismo en 1982 y fue intendente de General Campos en 1987. Hasta allí un intendente justicialista del montón en la provincia, aunque en las reuniones de compañeros peronistas se ganó la confianza del entonces gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, de la Unidad Renovadora Peronista.
 
Entre 1991 y 2003 fue diputado provincial en tres períodos y presidió la Legislatura provincial.
Busti, como Cristina, también lo eligió como su heredero. Y es que el Pato durante su trabajo como ministro de la Gobernación había sido justamente incondicional, como lo es ahora con la Presidenta.

Un dato: con Busti se peleó antes de asumir el cargo de gobernador. En un asado organizado por un amigo en común, en Salto Grande, se enemistaron para siempre.
Así las cosas, como gobernador Urribarri trabajó desde el primer día, por orden de la Casa Rosada, para desterrar en Entre Ríos al bustismo, vinculado antes a Eduardo Duhalde y hoy a José Manuel De la Sota.

La compulsa contra su ex mentor terminó en 2011, cuando Busti y Urribarri se enfrentaron en las urnas para la gobernación y el Pato ganó su reelección con un 55,93 por ciento de los votos. Fue una misión cumplida que anotaron en el mundo K.

Se casó con Analía Aguilera, en un peronista 17 de octubre. Tiene cinco hijos y uno de ellos, Bruno, cumplió su sueño. Debutó como jugador de primera división en Boca Juniors y hoy juega en Colón de Santa Fe.

"Ser uno de los preferidos de Cristina es un tema que me excede", dijo el gobernador hace unos días. Y, en realidad, la cercanía con la Presidenta no es de los últimos tiempos. 

Urribarri fue uno de los primeros gobernadores en llegar a El Calafate el día de la muerte de Néstor Kirchner. También fue quien le acercó a Cristina el nombre del actual titular de YPF, el entrerriano Miguel Galuccio, a quien el mismo Pato fue a buscar a Londres por orden presidencial.

El gobernador ha hecho todos los deberes. Encaró una reforma tributaria que hizo hincapié en el inmobiliario rural, jugó fuerte a favor del Gobierno en la crisis con el campo, a riesgo de perder capital político, y le abrió las puertas de los negocios provinciales a empresarios K.

Y el premio es la luz verde que se le da desde Casa Rosada para construir un liderazgo en el peronismo, y enfrentarse personalmente a Daniel Scioli, un candidato confeso que no encuentra la bendición presidencial para su postulación. Y todo indica que no la encontrará.
Se sabe, Cristina está obligada políticamente a intentar su reelección, y también a comenzar a pensar en un sucesor para que Scioli no sea la única opción de un espacio que no lo aceptó nunca como propio.

El gobernador entrerriano tiene muy buena sintonía con los mandatarios provinciales, aunque remarcan que no tanto con su colega chaqueño, Jorge Coqui Capitanich, otro que se anota entre los predilectos de la Presidenta.

De hecho, el Banco Central analiza por pedido de Cristina, la posibilidad de autorizar a Entre Ríos y Chaco para que puedan emitir deuda y sus finanzas estén lo suficientemente holgadas como para que brille su gestión y se aseguren el triunfo en sus distritos.

Lo cierto es que después del encuentro en Paraná, en el peronismo se lo mira distinto. Y aunque todavía falta demasiado para el 2015, a Urribarri se lo verá caminando de la mano del vicegobernador Gabriel Mariotto y del titular de la FAM, el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, por el conurbano bonaerense, un distrito que es imprescindible conquistar si se quiere ser presidente de la Argentina. 

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(s.e.u o.o m.i.) : Reproducción de CiC / gpPP.