Viernes de la Concordia
Tenía sobre mis hombros, a horcajadas, a “Tonchi tonchi” mi hijo mayor ya en los dos años, y la mamá en brazos al otro varón, “sir Jochimpsón” de apenas un añito. No habían nacido aún mis dos igualmente queridas hijas mujeres, la preciosa “Taka taka” y mi regalona “Cocolita”, lo que sí aconteció muy prontamente en los setenta.
Todo a cuenta del júbilo esperanzado. Sin temores.
Rodeados de una apretujada multitud, muchísimos jóvenes exultantes de felicidad. Desbordando de presencia y reconocimiento indubitable.
Bienvenida al regreso a su Patria al general humanista. El del Pueblo de Paz.
Nada de violencia. Mucha algarabía. Era nuestro tiempo de dicha y lo vivíamos a pleno después de peregrino coraje.
Ahh… Carajo!!! … luego, cuanta porquería cobarde y solapada traición habrían de sobrevenir en los años cipayos.
Y desde aquellos arrepujados dolores, - ¡Muchachos, Chicas! -, ahora, y con Uds., se restañan heridas y se vislumbra un amplio horizonte de venturoso porvenir.
Yo me remozo y se renueva en mi jardín el “Jazmín de Amor”, del cual brindé aquel retoño en flor que llevó Néstor y su gente desde aquí, nuestra pródiga Entrerríos, a aquel lejano y frío sur, también nuestro y con el sentido afecto que lo templó.
Aquella dama del sur, Educadora, de la comitiva que integraba la comisión de Cultura y Tecnología, lo tenía acogido entre sus manos y el pecho durante un recreo en el patio de la institución Fraternal, asumiendo el designio que representaba la esencia de ese obsequio.
Preparado para viajar, envuelto su tallo en elementos húmedos y con una cubierta impermeable, anhelabamos que hechara raíces en la tierra de destino; sí, seguramente, el perfume que llevaba impregnó almas y prosperó, para acompañar a Néstor desde aquel diciembre de 2002, junto a Cristina hasta ahora y desde aquel entonces, sólo un acto de Fe.
¡ Maravilloso !, o agraciado Misterio - de la misma raíz -; dones, por tanta voluntad de gestión para tantos reivindicados y por tantas reparaciones. Realizaciones. Y buen ánimo en lo que queda de complejos y variados caminos para recorrerlos con decisión.
Jóvenes. Cuídenlo, consolídenlo, denle a estos nuevos tiempos, la fortaleza de una solvente convicción intelectual, con sanas vivencias y profundos sentimientos, para que este espíritu de bien se encarne definitivamente en la cultura de nuestra nación.
“El Señor de los Jazmines”
En “Concepguay”, ER, al 17 de marzo de 2011. CiC – CrU, OFe. / gpPP
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