EL AMOR
A finales de los años 80, Lieserl, la hija del célebre
genio, donó 1.400 cartas escritas por Einstein a la Universidad Hebrea, con la
orden de no hacer público su contenido hasta
dos décadas después de su muerte.
Fb de Didier Impini / Déborah Kalmar del 01-10-14
Esta es
una de ellas, a Lieserl Einstein.
"Cuando
propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te
revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la
incomprensión y los prejuicios del mundo.
Te pido
aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas,
hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico
a continuación:
Hay una
fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha
encontrado una explicación formal. Es
una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera
en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza
universal es el AMOR.
Cuando
los científicos buscaban una teoría
unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las
fuerzas.
El Amor es Luz, dado que ilumina
a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas
se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor
que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El
amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es
Amor.
Esta
fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la
variable que hemos obviado durante
demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única
energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar
visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más
célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo
puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al
cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa
que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad
en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra
nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie
sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar
el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última
respuesta.
Quizás
aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo
bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que
asolan el planeta. Sin embargo, cada
individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya
energía espera ser liberada.
Cuando
aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl,
comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede,
porque el amor es la quinta esencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte
sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti
toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el
tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado
a la última respuesta!".
Tu padre:
Albert Einstein"
.………
///...al
respecto:
Ver
"HOMENAJE AL AMOR" - Antología 2012, del 12.11.12 -
Poemario
que integra "Los Rollos del Río Uruguay", escrito en los ´90...
Y otras
notas y comentarios afines a la Espiritualidad del Pensamiento de la humanidad
albergando en las fronteras del cosmos...
Notas de
CiC - CrU, OFe en http://consultorariouruguay.blogspot.com
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Sé firme
en tus actitudes y perseverante en tu ideal. Pero sé paciente, no pretendiendo
que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo,vendrá a tus manos en el momento oportuno. Aprende a esperar. Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes. No revuelvas una herida que está cicatrizada. No rememores dolores y sufrimientos antiguos.
De ahora en adelante procura construir una vida nueva, dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás.
Camina en lo bueno que puedes hacer. No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo,vendrá a tus manos en el momento oportuno. Aprende a esperar. Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes. No revuelvas una herida que está cicatrizada. No rememores dolores y sufrimientos antiguos.
De ahora en adelante procura construir una vida nueva, dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás.
Camina en lo bueno que puedes hacer. No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso.
Tributo a
Mahatma Gandhi.
Nació un 2 de Octubre de de 1969, fue asesinado el 30 de enero de 1948, a los 78 años de edad por Nathuram Godse, un radical hinduista, lo acusaban de debilitar al nuevo gobierno con su insistencia en que le fuera pagado a Pakistán el dinero prometido. Antes de morir exclamó: «¡Hey, Rama!». Esto se interpreta como un signo de su espiritualidad, así como su idealismo en la búsqueda de la paz en su país. Estas palabras están escritas en el monumento erigido en su honor en Nueva Delhi.
Nació un 2 de Octubre de de 1969, fue asesinado el 30 de enero de 1948, a los 78 años de edad por Nathuram Godse, un radical hinduista, lo acusaban de debilitar al nuevo gobierno con su insistencia en que le fuera pagado a Pakistán el dinero prometido. Antes de morir exclamó: «¡Hey, Rama!». Esto se interpreta como un signo de su espiritualidad, así como su idealismo en la búsqueda de la paz en su país. Estas palabras están escritas en el monumento erigido en su honor en Nueva Delhi.
Quien ama
piensa constantemente en cómo puede dar felicidad a sus seres amados, más que
en cómo pueden ellos hacerle feliz.
Una persona ama realmente cuando se entrega por entero sin pedir nada, sin esperar nada a cambio, tal como la naturaleza nos brinda generosamente sus dones.
He aquí el verdadero significado del amor, de amar.
No te detengas en lo malo, que este día sea el mejor de tu vida.
Una persona ama realmente cuando se entrega por entero sin pedir nada, sin esperar nada a cambio, tal como la naturaleza nos brinda generosamente sus dones.
He aquí el verdadero significado del amor, de amar.
No te detengas en lo malo, que este día sea el mejor de tu vida.
-Mahatma
Gandhi.
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Jesuita Guillermo Ortiz de RADIO
VATICANA - 01-10-14
Texto completo de la catequesis del Papa
La Iglesia
Los carismas: diversidad e unidad
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
Desde el inicio el Señor ha colmado a la Iglesia con los dones de su Espíritu, haciéndola así siempre viva y fecunda, con los dones del Espíritu Santo. Entre estos dones, se distinguen algunos que resultan particularmente preciosos para la edificación y el camino de la comunidad cristiana:
Texto completo de la catequesis del Papa
La Iglesia
Los carismas: diversidad e unidad
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
Desde el inicio el Señor ha colmado a la Iglesia con los dones de su Espíritu, haciéndola así siempre viva y fecunda, con los dones del Espíritu Santo. Entre estos dones, se distinguen algunos que resultan particularmente preciosos para la edificación y el camino de la comunidad cristiana:
se trata de los carismas.
En esta catequesis sobre la Iglesia nos preguntamos: ¿qué es exactamente un
carisma? ¿Cómo podemos reconocerlo y recibirlo? Y sobre todo: ¿el hecho que en
la Iglesia haya una diversidad y una multiplicidad de carismas, debe ser visto
en sentido positivo, como una bella cosa o más bien como un problema?
En el lenguaje común, cuando se habla de “carisma” se entiende a menudo un talento, una habilidad natural. Se dice “esta persona tiene un especial carisma para enseñar”. Es un talento que tiene. Así, frente a una persona particularmente brillante y cautivante, se usa decir: ”es una persona carismática”. ¿Qué significa? No sé, pero es carismática. Y así decimos. No sabemos que decimos pero decimos “es carismática”.
En el lenguaje común, cuando se habla de “carisma” se entiende a menudo un talento, una habilidad natural. Se dice “esta persona tiene un especial carisma para enseñar”. Es un talento que tiene. Así, frente a una persona particularmente brillante y cautivante, se usa decir: ”es una persona carismática”. ¿Qué significa? No sé, pero es carismática. Y así decimos. No sabemos que decimos pero decimos “es carismática”.
Pero, en la perspectiva cristiana, el carisma es mucho más que una cualidad
personal, que una predisposición con la cual se puede estar dotados: el carisma
es una gracia, un don prodigado por Dios Padre, a través la acción del Espíritu
Santo. Y es un don que es dado a alguien no porque sea más bueno que los otros
o porque se lo haya merecido: es un regalo que Dios le hace para que, con la
misma gratuidad y el mismo amor, lo pueda poner al servicio de la entera
comunidad, para el bien de todos.
Hablando un poco en modo humano, se
dice así: Dios da esta cualidad, este carisma a esta persona pero no para sí
misma sino para que esté al servicio de toda la comunidad. Hoy antes de llegar
a la plaza, he recibido tantos, tantos niños minusválidos, en el aula Pablo VI.
Había tantos. Una asociación que se dedica al cuidado de estos niños. ¿Qué es?
Esta asociación, estos hombres, estas mujeres tienen el carisma de cuidar a los
niños discapacitados. Esto es un carisma.
Una cosa importante que debe ser inmediatamente subrayada es el hecho que uno no puede entender solo si tiene un carisma y cuál. Pero tantas veces nosotros hemos escuchado personas que dicen “yo tengo esta cualidad, yo sé cantar muy bien”. Y nadie tiene el coraje de decirle: “¡mejor que estés callado, porque nos atormentas a todos cuando tú cantas!” ¡Nadie puede decir “yo tengo este carisma”! Es al interno de la comunidad que brotan y florecen los dones con los cuales nos colma el Padre; y es en el seno de la comunidad que se aprende a reconocerlos como un signo de su amor por todos sus hijos.
Cada uno de nosotros, por lo tanto, es justo que se pregunte: “¿hay algún carisma que el Señor ha hecho nacer en mí, que el Señor ha hecho nacer en mí, en la gracia de su Espíritu, y que mis hermanos en la comunidad cristiana han reconocido y alentado? ¿Y cómo me comporto yo con respecto a este don: lo vivo con generosidad, poniéndolo al servicio de todos o bien lo descuido y termino por olvidarlo? O quizás ¿se transforma para mí en motivo de orgullo, al punto que me lamento siempre de los otros y pretendo que en la comunidad se haga a mi modo? Son preguntas que nos debemos hacer. Si hay un carisma en mí, si este carisma es reconocido por la Iglesia, y si estoy contento con este carisma o tengo un poco de celos de los carismas de otros y quiero tener aquel carisma. ¡No! El carisma es un don. Solamente Dios lo da.
La experiencia más bella, sin embargo, es descubrir de cuántos carismas diferentes y de cuántos dones de su Espíritu el Padre colma a su Iglesia. Esto no debe ser visto como un motivo de confusión, de malestar: son todos regalos que Dios hace a la comunidad cristiana, para que pueda crecer armoniosa, en la fe y en su amor, como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. El mismo Espíritu que da esta diferencia de carismas hace la unidad de la Iglesia: ¡el mismo Espíritu! Ante esta multiplicidad de carismas, nuestro corazón debe abrirse al gozo y debemos pensar: “¡Qué cosa tan bella! Tantos dones diferentes, porque somos todos hijos de Dios y todos amados en un modo único”. ¡Ay, entonces, si estos dones se convierten en motivo de envidia, de división, de celos! Como recuerda el apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios, capítulo 12, todos los carismas son importantes ante los ojos de Dios y, al mismo tiempo, ninguno es insustituible. Esto significa que en la comunidad cristiana nosotros necesitamos los unos de los otros, y todo don recibido se actúa plenamente cuando es compartido con los hermanos, por el bien de todos. ¡Esta es la Iglesia! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de aquel sentido sobrenatural de la fe, que es donado por el Espíritu Santo, para que, juntos, todos podamos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida. Hoy la Iglesia festeja la memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, esta santa que murió a los 24 años y que amaba tanto a la Iglesia. Quería ser misionera, ¡pero quería tener todos los carismas! Ella decía: yo quisiera hacer esto, esto y esto…¡quería todos los carismas! Fue a la oración y sintió que su carisma, era el amor. Y dijo esta bella frase: ‘en el corazón de la Iglesia yo seré el amor’. Este carisma, lo tenemos todos, ¡la capacidad de amar! Pidamos hoy a Santa Teresa del Niño Jesús, esta capacidad de amar tanto a la Iglesia ¡de amarla tanto! Y de aceptar todos aquellos carismas, con este amor de hijos de la Iglesia, de nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica.
Traducción del italiano: María Cecilia Mutual, Griselda Mutual - Radio Vaticana
Una cosa importante que debe ser inmediatamente subrayada es el hecho que uno no puede entender solo si tiene un carisma y cuál. Pero tantas veces nosotros hemos escuchado personas que dicen “yo tengo esta cualidad, yo sé cantar muy bien”. Y nadie tiene el coraje de decirle: “¡mejor que estés callado, porque nos atormentas a todos cuando tú cantas!” ¡Nadie puede decir “yo tengo este carisma”! Es al interno de la comunidad que brotan y florecen los dones con los cuales nos colma el Padre; y es en el seno de la comunidad que se aprende a reconocerlos como un signo de su amor por todos sus hijos.
Cada uno de nosotros, por lo tanto, es justo que se pregunte: “¿hay algún carisma que el Señor ha hecho nacer en mí, que el Señor ha hecho nacer en mí, en la gracia de su Espíritu, y que mis hermanos en la comunidad cristiana han reconocido y alentado? ¿Y cómo me comporto yo con respecto a este don: lo vivo con generosidad, poniéndolo al servicio de todos o bien lo descuido y termino por olvidarlo? O quizás ¿se transforma para mí en motivo de orgullo, al punto que me lamento siempre de los otros y pretendo que en la comunidad se haga a mi modo? Son preguntas que nos debemos hacer. Si hay un carisma en mí, si este carisma es reconocido por la Iglesia, y si estoy contento con este carisma o tengo un poco de celos de los carismas de otros y quiero tener aquel carisma. ¡No! El carisma es un don. Solamente Dios lo da.
La experiencia más bella, sin embargo, es descubrir de cuántos carismas diferentes y de cuántos dones de su Espíritu el Padre colma a su Iglesia. Esto no debe ser visto como un motivo de confusión, de malestar: son todos regalos que Dios hace a la comunidad cristiana, para que pueda crecer armoniosa, en la fe y en su amor, como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. El mismo Espíritu que da esta diferencia de carismas hace la unidad de la Iglesia: ¡el mismo Espíritu! Ante esta multiplicidad de carismas, nuestro corazón debe abrirse al gozo y debemos pensar: “¡Qué cosa tan bella! Tantos dones diferentes, porque somos todos hijos de Dios y todos amados en un modo único”. ¡Ay, entonces, si estos dones se convierten en motivo de envidia, de división, de celos! Como recuerda el apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios, capítulo 12, todos los carismas son importantes ante los ojos de Dios y, al mismo tiempo, ninguno es insustituible. Esto significa que en la comunidad cristiana nosotros necesitamos los unos de los otros, y todo don recibido se actúa plenamente cuando es compartido con los hermanos, por el bien de todos. ¡Esta es la Iglesia! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de aquel sentido sobrenatural de la fe, que es donado por el Espíritu Santo, para que, juntos, todos podamos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida. Hoy la Iglesia festeja la memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, esta santa que murió a los 24 años y que amaba tanto a la Iglesia. Quería ser misionera, ¡pero quería tener todos los carismas! Ella decía: yo quisiera hacer esto, esto y esto…¡quería todos los carismas! Fue a la oración y sintió que su carisma, era el amor. Y dijo esta bella frase: ‘en el corazón de la Iglesia yo seré el amor’. Este carisma, lo tenemos todos, ¡la capacidad de amar! Pidamos hoy a Santa Teresa del Niño Jesús, esta capacidad de amar tanto a la Iglesia ¡de amarla tanto! Y de aceptar todos aquellos carismas, con este amor de hijos de la Iglesia, de nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica.
Traducción del italiano: María Cecilia Mutual, Griselda Mutual - Radio Vaticana
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