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17 de octubre - DIA DE LA LEALTAD PERONISTA
Dia en que el pueblo Argentino se visibiliza, se hace Movimiento...
En
palabras de Scalabrini Ortiz, podemos apreciar lo que fue aquel 17 de
octubre, hace 65 años...(En Hechos e Ideas, febrero 1946.)
"Es increíble y hasta admirable el poder de persuación y de ejecución de nuestra oligarquía. En el mes de octubre de 1945, el coronel Perón fue destituido y encarcelado.
"Es increíble y hasta admirable el poder de persuación y de ejecución de nuestra oligarquía. En el mes de octubre de 1945, el coronel Perón fue destituido y encarcelado.
El
país azorado se enteraba de que el asesor de la formación del nuevo
gabinete era el doctor Federico Pinedo, personaje a quien no puede
calificarse sino con la ignominia de su propio nombre.
El Ministerio de
Obras Públicas había sido ofrecido al ingeniero Atanasio Iturbe,
director de los Ferrocarriles británicos, que optó por esconderse detrás
de un personero.
El Ministerio de Hacienda sería ocupado por el doctor
Alberto Hueyo, gestor del Banco Central y presidente de la Cade, entidad
financiera que tiene una capacidad de corrupción de muchos kilovatios.
"La oligarquía vitalizada reflorecía en todos los resquicios de la vida argentina. Los judas disfrazados de caballeros asomaban sus fisonomías blanduzcas de hongos de antesala y extendían sus manos pringadas de avaricia y de falsía. Todo parecía perdido y terminado.
"La oligarquía vitalizada reflorecía en todos los resquicios de la vida argentina. Los judas disfrazados de caballeros asomaban sus fisonomías blanduzcas de hongos de antesala y extendían sus manos pringadas de avaricia y de falsía. Todo parecía perdido y terminado.
Los hombres
adictos al coronel Perón estaban presos o fugitivos. El pueblo
permanecía quieto en una resignación sin brío, muy semejante a una
agonía.
"Con la resonancia de un anatema sacudía mi memoria el recurso
de las frases con que hace muchos años nos estigmatizó al escritor
Kasimir Edschmidt. "Nada es durable en este continente, había escrito.
Cuando tienen dictaduras, quieren democracias. Cuando tienen democracia,
buscan dictaduras. Los pueblos trabajan para imponerse un orden,
articularse, organizarse y configurarse, pero, en definitiva, vuelven a
combatir. No pueden soportar a nadie sobre ellos. Si hubieran tenido un
Cristo o un Napoleón, lo hubieran aniquilado".
"Pasaban los días y la
inacción aletargada y sin sobresaltos parecía justificar a los
escépticos de siempre. El desaliento húmedo y rastrero caía sobre
nosotros como un ahogo de pesadilla. Los incrédulos se jactaban de su
acierto. Ellos habían dicho que la política de apoyo al humilde estaba
destinada al fracaso, porque nuestro pueblo era de suyo cicatero,
desagradecido y rutinario.
La inconmovible confianza en las fuerzas
espirituales del pueblo de mi tierra que me había sostenido en todo el
transcurso de mi vida, se disgregaba ante el rudo empellón de la
realidad. "Pensaba con honda tristeza en esas cosas en esa tarde del 17
de octubre de 1945.
El sol caía a plomo cuando las primeras columnas de
obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque
acudían directamente de sus fábricas y talleres. No era esa muchedumbre
un poco envarada que los domingos invade los parques de diversiones con
hábito de burgués barato.
Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados,
brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las
vestiduras escasas cubiertas de pingües, de restos de breas, grasas y
aceites. Llegaban cantando y vociferando, unidos en la impetración de un
solo nombre: Perón. Era la muchedumbre más heteróclita que la
imaginación puede concebir.
"Los rastros de sus orígenes se traslucían
en sus fisonomías. El descendiente de meridionales europeos, iba junto
al rubio de trazos nórdicos y el trigueño de pelo duro en que la sangre
de un indio lejano sobrevivía aún. El río cuando crece bajo el empuje
del sudeste disgrega su enorme masa de agua en finos hilos fluidos que
van cubriendo los bajidos y cilancos con meandros improvisados sobre la
arena en una acción tan minúscula que es ridícula y desdeñable para el
no avezado que ignora que es el anticipo de la inundación. Así avanzaba
aquella muchedumbre en hilos de entusiasmos que arribaban por la Avenida
de Mayo, por Balcarce, por la Diagonal.
"Un pujante palpitar sacudía la
entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas,
mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de
Puerto Nuevo, de los talleres de la Chacarita y Villa Crespo, de las
manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías
del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos
de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados
en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y
el tornero de precisión, el fundidor mecánico de automóviles, la
hilandera y el peón.
Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el
cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman las épocas
pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato
de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí
presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulos.
Era el de
nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y
matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo
impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía:
Perón."
(En Hechos e Ideas, febrero 1946.)
(#): Reproducido de Fc de Luis E. Gotte compartió la foto de Lorena Navarro.
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